Título: El rey de un país lluvioso
Autor: Nicolas Freeling (1927-2003)
Título original: The King of the rainy county (1965) \ N°
6 en la serie “Van der Valk”
Traducción: Mario Giacchino
Cubierta: Víctor Viano
Editor: Editorial Alfa Argentina (Buenos Aires)
Fecha de
edición: 1972-11-22
Extensión: 174, 1 p.; 11,5x18 cm.
Serie: Colección
Asesinos, espías & Co. #7
Estructura: divisiones sin numeración
Información
sobre impresión:
Este libro se terminó de imprimir en las prensas de Stilcograf S.R.L., calle Gral. Manuel A. Rodríguez n° 2548, Bs. As., el 22 de noviembre de 1972.
Información de
contracubierta:
“El rey de un país lluvioso” es un verso de un poema de Baudelaire. La apelación literaria desde el título es deliberada en Freeling, quien ha dicho al “Times Literary Supplement”: “El asesinato y cualquier otro delito no son parte de las letras dedicadas a entretener, sino parte integral de la vida. Todos somos asesinos, todos somos espías, todos somos criminales, y elegir un crimen como resorte principal de un libro de acción no es más que encontrar uno de los métodos más sencillos de atraer la mirada a nuestra vida y a nuestro mundo.”
Lo que Freeling dice es que la novela policial exige que se la escriba y se la considere seriamente como literatura. Esto es lo que el lector encontrará —además del suspenso— en forma destacada en EL REY DE UN PAIS LLUVIOSO.
Autor: Nicolas Freeling (1927-2003)
Cubierta: Víctor Viano
Editor: Editorial Alfa Argentina (Buenos Aires)
Extensión: 174, 1 p.; 11,5x18 cm.
Estructura: divisiones sin numeración
Este libro se terminó de imprimir en las prensas de Stilcograf S.R.L., calle Gral. Manuel A. Rodríguez n° 2548, Bs. As., el 22 de noviembre de 1972.
“El rey de un país lluvioso” es un verso de un poema de Baudelaire. La apelación literaria desde el título es deliberada en Freeling, quien ha dicho al “Times Literary Supplement”: “El asesinato y cualquier otro delito no son parte de las letras dedicadas a entretener, sino parte integral de la vida. Todos somos asesinos, todos somos espías, todos somos criminales, y elegir un crimen como resorte principal de un libro de acción no es más que encontrar uno de los métodos más sencillos de atraer la mirada a nuestra vida y a nuestro mundo.”
Lo que Freeling dice es que la novela policial exige que se la escriba y se la considere seriamente como literatura. Esto es lo que el lector encontrará —además del suspenso— en forma destacada en EL REY DE UN PAIS LLUVIOSO.
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