martes, 21 de octubre de 2025

LA PUERTA DEL TIEMPO, de Donica Roud (Roca)

Título: La puerta del tiempo
Autor: Donica Roud
Título original: La porte du temps (1976)
Traducción: A.A.A.
Editor: Ediciones Roca (México)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 1977-11-09
Extensión: 241, 2 p.; 13,5x20 cm.: solapas
Estructura: prólogo de P.L. Thirad, 7 capítulos
Información sobre impresión:
Se terminó de imprimir el día 9 de noviembre de 1977 en Imprenta de Juan Pablos, S.A., Mexicali, 39, México 11, D.F.
Se imprimieron 3.000 ejemplares.
 
Información de contracubierta:
Se dice de La puerta del tiempo que es un “cuento de hadas para personas mayores”, pues estando toda la obra consagrada al placer sensual, en particular al goce sexual, todo en ella es posible. Todo es aquí fácil y accesible, el placer no conoce distingos ni restricción alguna. La pasión es reina absoluta; todo la excita y satisface a condición de que la compañía sea bella o que en ella o él la naturaleza haya depositado dones extraordinarios o calidades exquisitas. Todo aquí es placentero, maravilloso, elegante, encantador. Sin duda, un fascinante cuento de hadas para personas mayores; ¿o acaso parte de lo real vivido por unos pocos y soñado por otros tantos? La lectura de este encantador relato sugiere la pregunta de si existe una norma, una regla, una auténtica complementariedad entre el hombre y la mujer, o si, como en este maravilloso libro la bisexualidad de la mujer es una condición natural, universal, del género humano.


Información de solapas:
En su prólogo a este libro, P.L. Thired nos habla de un cuento de hadas para personas mayores. Habría que insistir en ello, pues, en efecto, La puerta del tiempo es un genuino cuento de hadas. ¿Un mundo maravilloso donde todo transcurre bajo la leve y embriagadora bruma de las transformaciones insólitas? ¿Un triunfo por artes mágicas de la inocencia y la ingenuidad? ¿Sueños azules convertidos en realidades doradas por el poder de la Felicidad provista de una varita mágica?...
Más parece que este cuento de hadas sea el sueño invertido de un drama. O sea, que todo lo imposible, irrealizable y brutal se convierte por el arte y el ensueño de la autora en hechos reales de los hombres, no de un mundo lontano, sino de la realidad y cotidianidad del nuestro. Todo es accesible, fácil, aquí, a los personajes de este libro. Si se trata de eyacular, los falos de los hombres de esta historia borbotean como manantial de la montaña; si de impulso sexual, ¿qué mujer u hombre de este relato no puede cohabitar apasionadamente, diez, veinte veces, en unas horas, sin lograr apaciguar el deseo? Todo es posible, placentero, maravilloso; todo es bello, elegante, encantador. Dejemos a un lado necesidades materiales, problemas económicos: los imperativos de la vida común y corriente. ¿Acaso son propios de un cuento de hadas? Mas un ingrediente adicional le da un carácter único a este mágico relato (¿tal vez refinada versión literaria de corrientes modernistas respecto a la problemática sexual en nuestros días?): por lo general, hombres y mujeres son bisexuales; el placer no conoce distingos; la pasión es reina absoluta, todo la satisface a condición de que la compañía sea bella; todo la excita, si la naturaleza deposito en ella o él dones extraordinarios o calidades exquisitas. ¿Se trata acaso de un sueño que, como todos, según algunos psicoanalistas afirman, son la realización inconsciente de un deseo insatisfecho?
Tal vez este libro se haya propuesto reflejar anhelos de algunos que se enfrentan a una realidad que los rechaza. Habría que preguntarse si, contrariamente a lo que ocurre en este sorprendente relato, existe una norma, una regla general, una auténtica complementariedad entre el hombre y la mujer.
Un cuento de hadas: una vida falsa, un choque con lo cotidiano, una vivencia irreal, un sueño... ¿O acaso se trata de lo real vivido por unos pocos y soñado por otros tantos? Mas la potencia sexual humana tiene un límite. Aquí ya no entran en juego los cuentos de hadas. Existe una realidad. Este libro es encantador.

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