lunes, 20 de abril de 2015

CASSE CASH, de Claude Klotz (Laia)

Título: Casse cash
Autor: Claude Klotz (1932-2010)
Título original: Casse cash (1971)
Traducción: Lluís Maria Todó
Cubierta: Enric Satué
Editor: Editorial Laia (Barcelona)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 1973-09
Serie: Serie negra policial #34
Extensión: 193 p. ; 11,5x18,5 cm.
ISBN: 978-84-7222-242-7 (84-7222-242-X)
Depósito legal: B. 31.873-1973
Estructura: 20 capítulos
Información sobre impresión:
Impreso en Gráficas CAP, S.A. - Corominas, 28
Hospitalet (Barcelona)

Información de contracubierta:
El jefe de brigada, Cormier, descolgó el teléfono. No dijo ni una palabra, volvió la cabeza violentamente y se precipitó por las escaleras derribando dos sillas y un montón de carpetas. Cogió sin detenerse una pistola ametralladora y gritó a los hombres que estaban jugando a las cartas por todos los rincones de la habitación: “¡A los coches, le han localizado, han localizado a Reiner!”


MI COMENTARIO:
Claude Klotz, nacido en Marsella en 1932 y muerto en París en 2010, fue un interesante novelista francés, que abordó las temáticas más distintas, desde el amor hasta la acción más brutal.
Escribió una de las grandes series del “polar” francés, protagonizada por el criminal Reiner, llamado así en las ediciones originales de Christian Bourgois, aunque más tarde su nombre cambiaría a Raner en las reediciones de Fleuve noir. Solitario, inidentificable, siempre con un sombrero puesto, su serie constó de 13 novelas, con títulos integrados por dos palabras que hacen un curioso juego sonoro:
Micro-micmac (1971)
Casse-cash (1971)
Alpha-Beretta (1971)
Jap-job (1971)
Dolly-dollar (1972)
Bing-banque (1972)
Cosmos-cross (1973)
Tchin-tchin-queen (1973)
Flic-flash (1973)
Aïe-heil (1974)
Putsch-punch (1974)
Karaté-caramel (1975)
Dingo-dague (1975)

En Casse-cash, Reiner reúne bajo su mando a dos grupos de delincuentes, con ideologías totalmente distintas: uno está integrado por izquierdistas con ansias revolucionarias, y el otro por neonazis que sueñan con el Cuarto Reich. Con estos forajidos, Reiner quiere robar la recaudación de un gran supermercado en las afueras de París. Esto lo hace con colaboración del propio dueño del predio, interesado en cobrar un multimillonario seguro. Pero en cuanto concretan el robo y se refugian en una casa rural, el odio entre los dos grupos estalla y termina en un baño de sangre. Reiner lo había planeado todo, simplemente observa cómo los dos bandos se eliminan entre ellos. El corazón de la novela es ese: la manipulación que hace Reiner de los personajes que van apareciendo en la historia, con el objetivo que quedarse con todo el dinero y simular su muerte, para empezar una nueva vida.
El estilo es cortante, contundente, seco como el sabor de la peor bebida del peor bar. Casi no hay contexto. Sí aparecen las historias personales de los protagonistas, que Klotz entrega en breves reseñas que inserta en medio de la narración. Son una especie de obituarios pre mortem. Al leerlos, se intuye que todos van a morir, excepto Reiner, claro. ¡Y qué muertes!, una más cruel que la otra. El pulso tanático de la novela queda plasmado en esa mirada cínica que se pasea por unas vidas con un valor relativo, que sólo pueden acelerar directo al vacío. Por encima de ellos, Reiner vigila, espera, adivina, prevé, se anticipa y gana. Es un maestro de criminales, una mente superior y un ángel de la muerte. Aparte de él, sólo Laurence, una prostituta de alto nivel, sale ganando en esta historia: alcanza una satisfacción sexual inédita, se enamora de él y lo ayuda en el golpe final. Únicamente ella consigue sonreír en medio de la pesadilla.

2 comentarios:

  1. Tchin-tchin-queen vendrían a ser tres palabras...

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  2. Cierto, aunque "Tchin-tchin" hacen grupo frente a "queen". Se mantiene el juego sonoro entre dos términos.

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